Tras un divorcio, y muchos años de romances inconclusos, amantes ocultos, y noviazgos frustrados. Encontró su complemento…al otro lado del computador en el otro lado del mundo.
Tenían meses comunicándose casi en secreto, hasta que finalmente con una sortija en mano, publicó la gran noticia de su compromiso. Yo testigo silente de los hechos, conocía de su relación desde hace tiempo y las circunstancias en que se dieron. Me dio gusto verla tan contenta, se acercaba el día en que luego de un año se reuniría con su prometido. La historia de su amor resulta hermosa y conmovedora ya llegaba el tiempo en el que juntos compartirían y unirían sus vidas, tras varios percances y desencuentros.
Ya han pasado 3 años de aquel febril momento y aunque los separa un océano, un viaje realizado cada año, mantiene aún la llama viva de la relación. La comunicación es intensa a diario, gracias al uso de la tecnología, pero la distancia de cuerpos, por mucho tiempo, comienza a hacer estragos…, ahora ella espera realizar su cuarto viaje para concretar lo referente al estatus legal de la relación.
Suenan campanas de boda en la lejanía, yo con mis mejores deseos, como fiel testigo silente de esa hermosa relación, soy feliz al verla cercana a concretar su sueño de vivir en pareja. Soy feliz porque su unión me inspira y me da esperanzas, de reconocer que en cualquier rincón del mundo, en algún momento de estos, al igual que ella…me encontraré “el príncipe” de mis anhelos.
@KattyGarcia