Ella miraba por la ventana mientras salían a pasear los domingos. En la calle veía la gente y se imagina cómo sería su vida, tal vez mejor que la de ella.
Aunque lo tenía todo, algo dentro de ella quería gritar. Una vez quiso gritar en un teatro, y decir renunció. A que renunciaba, a la vida monótona que vivía. Una vida perfecta para los que lo veían desde el exterior. Una familia, cuantas mujeres querían tener una familia, ella la tenia con Perro y todo.
Se reunía veces con su amiga Sheila de colegio, que no se había casado, que no le había cumplido a la sociedad.
Ella viajaba cada vez que podía, nada la amarraba y Sofía soñaba cuando ella le contaba, sus viajes.
Sofía quería vivir la vida de Sheila y Sheila quería la vida de Sofía.
Un día todo cambio y sucedió así, Sheila se enamoró del esposo de Sofía, para Gustavo era la novedad, saldría de la rutina.
Así que los paseos familiares, tenían un integrante más además del perro, iba Sheila que entretenía a los niños y al esposo en las noches.
Y un día Sofia los encontró, Sheila quería que la tragara la tierra, Gustavo ya había decidido que no quería vivir con Sofía, y Sofía sintió que se liberaba, Sheila quería morirse, pero quería una familia, como la de Sofia, en su interior..
Tuvo que llorar era lo tenía que hacer, así dramático aunque no lo sintiera. Sofía se valió de la infidelidad, para conseguir un buen arreglo económico, y así pudo viajar. Sheila era una buena compañía para el esposo y una gran mama sustituta para los niños. Y así llegarón los domingos aburridos para Sheila, miraba por la ventana mientras soñaba con su antigua vida.
Mientras Sofía vivía la vida que Shelia había dejado atrás
Mientras Sofía vivía la vida que Shelia había dejado atrás